II Carrera Chema Martínez, Crónica

Sábado 6 de Abril.
 
Amanece en Villalpando, llegamos ayer a las ocho de la tarde (el viaje duró apenas dos horas) y después de darnos una vuelta por el pueblo, cenar de picoteo y tener la ocasión de darle un abrazo a David pudimos disfrutar de unos minutos de charloteo alrededor de la gran chimenea de “Los condestables”, posada donde nos alojamos los 6 que fuimos: mis suegros, mi padre, Rodro, Elena y servidor.
Nos espera un desayuno de campeonato, fruta a raudales, cereales, tostadas con ese estupendo pan de pueblo, café, miel y unos sobaos ricos ricos. Desayuno de categoría. Con la tripa llena nos vamos hacia la Plaza Mayor, donde han instalado una carpa y varias mesas para recoger los dorsales. Vamos a correr los 5 kms, ya que al día siguiente Rodro y yo corremos la Media Maratón de Madrid. Con los dorsales en la mano (y después de las fotos de rigor) tenemos la ocasión de saludar a Javier, David y sus respectivas parejas (Naya y Paloma, gente agradable no, lo siguiente). Por allí también estaba Chema Martínez, que atendía con una sonrisa de oreja a oreja a todo aquel que se acercaba a pedirle un autógrafo o una foto. En pocos minutos está hablando con nosotros, como un amigo de toda la vida y con toda la simpatía del mundo, reparte besos y apretones de manos y nos pregunta sobre el día y sobre las sensaciones de cara a la carrera. Hablo con él sobre el pueblo y sobre lo emocionado que estoy de poder estar allí, le doy las gracias por la camiseta que me regaló y le cuento la marca de Laredo, le comento que al día siguiente correré la media, y que por eso corro los 5 kms y no los 10. Me anima mucho y me pide que los 5 kms me los tome con calma, que si no al día siguiente lo puedo notar, mi respuesta es sencilla “no te prometo nada porque ahora mismo estoy con una ilusión enorme “. Luego se gira a mi padre y habla con él unos minutos, le anima y le dice que la corra con calma, y que disfrute. Acto seguido nos hacemos todos una foto de familia y le dejamos que siga atendiendo a todos los que desean saludarle, otra cosa no, pero a Chema se le adora en todos sitios, cosa que no es de extrañar porque su carácter y su cercanía hace que estar a su lado sea un disfrute total.
 
                                                             Con Chema Martínez

Llega el momento de volver al hotel y vestirnos para la faena.
Veo a Rodro con muchas ganas, a este chaval le pasa como a mi, no sabemos tomarnos las cosas con calma y, pese a los consejos de Chema, no nos vamos a tomar los 5 kms como un paseo…
Mi padre está como un niño, está disfrutando y se deja empapar de ese ambiente tan sano y cordial. Me comenta que hacía tiempo que no tenía ese gusanillo en la tripa, “desde que jugaba al fútbol!” me dice. Me alegra mucho que tenga esos nervios previos, te dan chispita y te alegran por dentro, realmente pienso que disfruta, se lo está pasando de cine y lo mejor está por llegar.
                                                       Rodro, yo, mi padre y David
Desde la posada nos dicen que podemos quedarnos una habitación hasta las 3, que dejemos allí las bolsas y así nos duchamos luego tranquilamente, cosa que agradecemos sobremanera, otra muestra más de la hospitalidad de la gente de allí, magnífica gente.
Todo listo, ya estamos en la Plaza, vestidos para la ocasión y con ganas de pasarlo de lujo. Charlamos con todo el mundo, David y Javier comparten minutos de charla con mi padre y mis suegros. Yo hablo con Naya, y llegamos a un acuerdo verbal y por lo tanto vinculante, y es que cuando mi hijo nazca se lo podré dejar a ella cada puente que Elena y yo queramos cogernos. Yo encantado, claro.
        Mi padre, David, Rodro, yo y Naya. Prueba del acuerdo verbal y vinculante...
Chema está haciendo las delicias de los más peques, a los que recibe después de las carreras de cada categoría , a todos los trata con una cariño increíble.
Se acerca la hora de la salida y decidimos calentar, nos vamos a trotar David, Rodro y yo por donde pasará la carrera. Hablar con David es una delicia porque tiene el don de calmarte cuando en realidad estás de los nervios, te dice que disfrutes de esto, que seas feliz haciéndolo, y te lo dice con argumentos sólidos y con un tono de voz que hace que tus pulsaciones bajen y te sientas un hombre afortunado y feliz. Es un fuera de serie, como toda su familia.
Terminado el calentamiento cojo a mi padre y caliento con él, tranquilamente y sin excesos, que llegue al cien por cien a la salida. Nos vamos juntando todos en la línea de salida, hay nivel y se nota. Decido ponerme delante, creo que en 5 kms puedo dar que hablar. Animo a Rodro a que vaya a por todas porque tiene potencial de sobra. Es joven, tiene toda la tarde para recuperarse y son 5 kms, que tampoco es una distancia alarmante.
Le doy un beso a mi padre y le digo “a disfrutar ¿eh?”.
El speaker coge el micro. Preparados, listos….ya!!
 
 
Pongo la quinta rápida y salgo fuerte. David se pone en cabeza, Rodro le sigue y yo me veo quinto. Un pensamiento pasa rápido por mi cabeza: “disfruta porque éste será de los pocos momentos donde estés en la cabeza”, verdad absoluta. Damos la vuelta a la plaza y enfilamos el recorrido, al que daremos dos vueltas. El primer kilometro lo hago en 3:30, “echa el freno!” me digo, bajo un poco revoluciones y me pongo a 4:00. Este ritmo lo puedo mantener, o eso creo. Voy sólo, al fondo veo a David, a Rodro y a cuatro más, después estoy yo. Por detrás de mi no veo a nadie. Paso el km 2 a 3:57, perfecto. Poco a poco, y como es lógico, voy perdiendo de vista a la cabeza. Han puesto la quinta y yo ahí no llego, me centro en mantener el ritmo actual y en hacerlo lo mejor que pueda. Paso por el 3 y no me sigue nadie, pero tampoco veo a nadie delante, lo que hace que en algunos momentos dude sobre qué camino seguir, la gente me ayuda indicándome y pronto cojo a un corredor que se ha quedado descolgado de la cabeza, me sirve de guía.
La gente anima desde sus casas y hay muchos que han salido a las calles a aplaudir. Todos los chavales extienden su mano para que la choques cuando pasas, gran ambiente.
Termino la primera vuelta y al paso por la plaza oigo que el speaker dice “aquí llega Jose Luis Noblejas, un aplauso”…¿Cómo lo ha hecho?, ¿Cómo sabe mi nombre?, alucino.  Me quedan menos de dos kilómetros y voy a un ritmo fantástico, me noto genial, pese a que voy a 4 (un ritmo alto para mi) puedo mantenerlo sin problemas. Enfilo una calle y veo que de frente vienen Javier y Chema, que están haciendo su calentamiento. Ambos me animan, “vamos Jose” me gritan, qué emoción. Miro a Chema y le señalo la camiseta, la que él me regaló, para que vea que cuando me la pongo no entiendo de medias tintas, esa camiseta es lo suficientemente importante como para ponérmela y salir a por todas, no a darme un paseo.
Km 4, perfecto. Queda uno. Paso por debajo del arco, una preciosidad. Varios tramos en S y me quedan 300 metros. Ya oigo al speaker y a la gente aplaudiendo, estoy cerca. 50 metros. Oigo que el speaker dice “y aquí llega Jose Luis Noblejas!”, madre mía...me siento como un profesional, me dan la bienvenida llamándome por mi nombre, detallazo. Miro el crono, 20:36, ole. He conseguido mantener el ritmo, estoy contento con mi rendimiento.
Veo a Rodro, ha terminado bien pero no ha podido seguir a la cabeza por molestias, pese a todo está contento y listo para rematar la faena al día siguiente en la media. Me alegra que haya podido venir con nosotros, es como un hermano más para mi, le conozco perfectamente y disfrutamos mucho juntos, para mi es una gozada compartir momentos así con él.
Después de varios besos a mi mujer y a mis suegros, y con el gatorade en la mano pongo rumbo a localizar a mi padre, así que voy trotando circuito abajo para verle. Me cruzo con Paloma, “ánimo que no te queda nada y vas estupenda” le digo. A menos de 1 km veo a mi padre, acompañado por un hombre y una mujer que llevan su mismo ritmo. Va estupendo, dice que la rodilla la siente perfecta y que está disfrutando. Hago los últimos 500 metros con él, una gozada y un momento difícil de explicar. Le ha echado narices y ahí está, corriendo sus primeros  5 kms en una carrera, gran debut. Atrás quedan sus operaciones de espalda y de menisco, es un campeón y lo ha demostrado con creces. A pocos metros de meta, les dejo y entran los tres juntos en meta, misión cumplida. Lo hemos hecho de cine, y hemos terminado contentos, eso vale mucho. David ha acabado tercero y ya se ha apuntado a la de 10 que corren sus hermanos Javier y Chema. Después de los 5, la de 10, toma castaña!
El speaker da la salida y me pongo a hablar con mi padre, realmente le veo genial, cero molestias, el cansancio lógico pero muy bien de sensaciones. Ole!
Nos vamos todos juntos a un portal cercano a meta donde animaremos a los Martínez. Chema y Javier van primeros y David les sigue de cerca un poco más retrasado. Les animamos con todas nuestras fuerzas. Ya en la última vuelta nos vamos Rodro y yo un poco más hacia abajo para animarles en los últimos metros, que son los que más pesan. Pasa Chema, recibiendo muchos vítores y aplausos. Javier igual, vaya ritmo lleva!. David va de cine, se nota que se siente bien, le animamos y seguimos durante breves metros. Una vez que entran todos en meta nos vamos a saludarles a la plaza. Están todos muy contentos.
Me acerco a Chema y le doy la enhorabuena por la victoria. Tiene una sonrisa puesta y está disfrutando. Le enseño mi chaqueta, un cortavientos de nike donde mi amigo César grabó el lema “run 2 chema”, le gusta mucho y así me lo hace saber.
Nos hacemos unas fotos con sus hermanos y con Shinichi, un oriental que ha corrido los 10 kms de una manera genial y que ha disfrutado de cada metro, se lo ha pasado de cine.
 
                                        Rodro, yo, Javi, Paloma y Shinichi
 
Mi padre, Elena y mis suegros se vuelven al hotel. Rodro y yo nos quedamos para charlar un rato con todos y a la media hora nos despedimos. Me da mucha pena, siempre he odiado las despedidas pero después de un día tan mágico más aún. Repartimos besos y abrazos a Javier, David, Naya y Paloma y ponemos rumbo al hotel donde nos espera una duchita calentita que nos va a sentar de maravilla. Antes de abandonar la plaza me doy una carrera hacia Chema y dándole la mano le digo “gracias por todo”.
Ahora sí, el viaje había terminado. No creo que hubiera podido salir mejor, ni que nos lo hubiéramos podido pasar mejor. Ha sido perfecto, nos hemos sentido uno más, muy queridos y muy a gusto. Hemos corrido bien, hemos disfrutado y hemos pasado 24 horas MUY felices rodeados de gente genial.
No tengo palabras de agradecimiento suficientes hacia David, Naya, Javier; Paloma y Chema…nos habéis hecho pasar un fin de semana inolvidable. Con gente así es fácil olvidarse de los problemas y centrarse en ser feliz.
Gracias amigos, de corazón.

1 comentario:

pater dijo...

Gracias, muchas gracias a todos y en particular a mi hijo Jose por " obligarme " a tener esta experiencia. Gracias tambien a Chema y toda su familia por el trato tan cariñoso que me dispensaron.
La verdad para ser sincero dudaba de poder terminar los 5 km, los años no perdonan, pero volver a notar las mariposas en el estomago merecia la pena.
La carrera me la tome muy tranquilo ( no queria lesionarme y tener que aguantar a mi buen amigo el Dr. Gonzalez ) y la verdad es que no corria solo, el pueblo de Villalpando me llevo en volandas , no habia calle o plaza donde la gente no te animara, y por si fuera poca ayuda, los ultimos metros los termine con mi hijo. Crucé la linea de meta y todo el mundo me felicitaba( creo que vieron la clasificacion de abajo arriba).
Un fin de semana fantastico y ya empiezo a preparar la carrera del año que viene.
Un abrazo fuerte para todos.