El despertador suena a las 9:30, salto como un resorte, como si alguien me hubiera cogido de la pechera y me hubiera impulsado fuera de la habitación. Noto algo en el estómago, nervios seguramente. Desayuno como siempre, termino de poner a punto las maletas y le doy los buenos dias a mi mujer que ya está levantada.
A las 10:30, con puntualidad británica, llegan mis suegros. Son la hinchada, la torcida, mi club de fans, no se pierden una!
Minutos después estamos rumbo a Laredo, camino a un sueño, conducimos en dirección norte pero el coche va realmente a conseguir a una meta, Laredo es la cita, en mayúsculas, podré fallar en otras carreras pero en esta no.
En mi cabeza se juntan muchas sensaciones, todos los entrenos, los días de cansancio, los dias difíciles de curro donde no me quedó otra que cambiar el chip y entrenar lo más duro que pude, los días de frío, de lluvia...a ratos en el coche no hablo, repaso el camino que me ha llevado hasta ese instante, ha sido genial, lo he disfrutado como un niño, y ahora llegaba el momento de poner las cartas sobre la mesa y jugar a ganar.
Llegamos al hotel Cosmopol a eso de las 5. A las 7 había una salida para trotar un poco y soltar las piernas después del viaje. Iba a ser la primera toma de contacto con el asfalto de Laredo, con su gente, con el ambiente que ya se respiraba. En el hall del hotel nos saludamos todos con una sonrisa de oreja a oreja, qué grupo más majo y más de verdad formamos, realmente teníamos ganas de juntarnos, eso se ha notado durante todo el fin de semana.
Faltaba alguno por llegar, Quique, Sonia, Paco y Elena viajaban en avión hasta Bilbao y allí cogían un coche, llegarían tarde, les veríamos al dia siguiente ya.
Así pues nos juntamos Alberto, Susana, Arturo, Cris, David, Marcos y yo. Salimos a la calle, trotamos por el paseo marítimo, el ambiente es inmejorable, la gente nos recibe con los brazos abiertos y hay quien nos anima desde la playa.
Apenas media horita para que las piernas se activen basta, de vuelta al hotel nos encontramos con Juan Carlos Higuero, con quien compartimos un rato de charla muy agradable. Hace unos dias ganó la medalla de plata en los europeos y ahora estaba ahí hablando con nosotros como un amigo más, gran tipo sí señor.
Estiramientos, duchita y a cenar.
Laredo es hermoso, me encanta. la gente es muy agradable y nosotros estamos encantados. Mis suegros han encajado en el grupo de maravilla y Elena está disfrutando, no puedo pedir más.
Se une Esther, que resulta que conoce a Elena de Alcorcón, el mundo es un pañuelo!!
Tocaba comprobar si los champiñones iban a cubrir las expectativas y allí que nos fuimos. No estaban buenos, eso era un manjar!! Luego vinieron unos calamares, pollo, jamoncito, cecina, croquetas y una miniburger exquisita! Qué manera de cenar! Buenísimo todo.
De vuelta al hotel vamos charlando todos con todos, eso es lo que hace que el ambiente sea inmejorable, que todos nos juntamos con todos, nos llevamos muy bien, no paramos de hacer bromas y formamos un grupo sólido y muy humano.
Nos cruzamos con Quique, que ha llegado hace poco, le veo fenomenal, al día siguiente podremos hablar más detenidamente.
Cojo la cama con ganas pero sabiedo que no será la noche que mejor duerma del año precisamente. No son nervios, me vienen cosas a la cabeza, no soy capaz de dejar la mente en blanco. Hemos quedado mañana a desayunar a las 9, más vale que vaya cayendo porque si no mañana me voy a enterar...
Sábado 16 de marzo
9:00 am, a desayunar! Tengo hambre! Y los nervios??? No sé, pero estoy canino!
Bajo a menos cuarto y esta gente ya está ahí! Alberto, Marcos y Arturo. Poco a poco se nos juntan las chicas. Mis suegros y Elena aún duermen.
Arturo está con el ipad comentando cosas, seguimos charlando de todo, no se agotan los temas de conversación ni las bromas.
La camarera es una mezcla entre Speedy González y el diablo de tasmania, es como un gremlin con tres red bulls en el cuerpo. Sonia la cogió mucho cariño.
A la media hora ya estamos todo el equipo, se incorporan Paco y Elena, Quique y Sonia, mis suegros y Elena. No falta nadie ya!
En un rato nos vamos a por el dorsal. La predicción no da lluvia ni aire, sólo nubes...perfecto. Salimos a la calle y Laredo parece Benidorm en agosto, de dónde ha salido tanta gente?? Me fijo, todos son runners. Hay gente corriendo por todos lados, gente en chandal, se respira deporte y huele muy bien!
Delante nuestra aparcan David, Javi y sus parejas, acudo a saludarles porque en poco tiempo nos hemos caído de cine. Son gente super agradable y auténtica. Me traen un regalo de Chema, la camiseta que me prometió el dia que le conocí, "no te la firma para que corras con ella" me dice David, ale...primera lagrimilla asomando ya. Gracias de corazón.
Con el dorsal ya en el bolsillo (le regalaron una camiseta de la carrera a mi mujer, detallazo), nos damos una vueltecilla. El grupo se ha ido por el paseo marítimo pero a mi me apetecía mucho estar con mi mujer, lo necesitaba más bien. De repente, no hablo. Los nervios me atenazan, me concentro en charlar con mi padre por whatsapp y coger de la mano a mi mujer, lo que me da tranquilidad y seguridad. Mis suegros van comentando cosas pero yo no estoy en la tierra...
Hemos quedado en el hotel para comer a las 13:30, todos juntos. Nos sentamos a la mesa y los nervios se van de golpe. Bromeo con Quique y Paco, les tengo justo delante. Un poquito de pasta, pollo, café y sobremesa. Decido subirme a la habitación a descansar un poco, me apetece tumbarme a ver la tele y a pensar en todo y en nada a la vez.
Le pongo el dorsal a la camiseta de Chema, preparo las zapatillas y el pantalón. Me tumbo y miro cosas en el ipod, veo algún video en youtube y me pongo uno que para mi es una dosis de motivación, la llegada de Chema a meta cuando logró la medalla de plata en el maraton de Barcelona.
Media hora, empiezo a vestirme, la respiración se acelera un poco. Imagino que será lo mismo que sienta Fernando Alonso antes de salir a un gran premio, o Gasol antes de saltar al staples center...
La ropa que me pongo no es casualidad, en momentos especiales me gusta llevar cosas especiales. Y esta vez no iba a ser diferente. Os cuento:
La camiseta ya sabéis de quién viene, los manguitos me los regaló Arturo (son de la maratón de ny) y significó mucho para mi que me los diera, y el pantalón de nike es el mismo con el que corrí la proniño del año pasado y me dió mucha suerte.
Termino de vestirme y bajo a la cafetería y ahí veo que había pecado de novato, estaban todos con chaqueta porque antes íbamos a ir a calentar, luego volveríamos al hotel y ya saldríamos hacia la línea de salida listos para la batalla. Yo me presenté en la cafetería vestido ya de torero...cosas que pasan jejeje
El calentamiento va genial, muy buenas sensaciones, no me molesta nada. Intercambio opiniones con Paco y volvemos al hotel, ahora sí que sí.
Nos hacemos unas fotos en el hall, mi mujer se acerca, me da un beso y me desea suerte. Estoy listo, cero nervios, muchas ganas de estar en la salida. Paco y yo ponemos rumbo a la salida, le deseo suerte con su fascitis y le digo que lo importante es que en la meta nos demos un abrazo.
Estiramos y nos metemos en el cajón. Nos cruzamos con Cristina, nos deseamos suerte. Nos separan escasos minutos del pistoletazo de salida. No pienso en nada, me doy mis habituales palmadas en los muslos y preparados, listos, ya!!!
Continuará....
Running Time Team
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2 comentarios:
Gracias por hacernos participes de tu aventura, como siempre un placer leer tus artículos y sobre todo este por lo que ha significado para tí. Espero que te pongas manos a la obra con la segunda parte ya mismo, no nos dejes con la intriga de tus sensaciones en carrera.
Bueno, que pasa con la segunda parte?
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