En familia

Si hay algo que tiene el deporte que me maravilla cada día que pasa es la cantidad de interrelaciones que puedes tener gracias a él, la cantidad de gente a la que puedes hacer partícipe y la cantidad de alegrías que te puedes llevar.

Dentro de tu núcleo de amistades, familia, conocidos...seguro que hay gente que disfruta escuchándote hablar sobre tus objetivos, tus entrenamientos o esa afición que has cogido por hacer tal o cual deporte. No es raro que dentro de tu núcleo de amigos surja un interés por saber en qué punto estás o qué planes tienes a medio plazo, a mi por ejemplo, me pasa. Esto también puede pasar con la familia, en una comida o en cualquier reunión seguro que sale a relucir la carrera que vas a hacer el próximo mes, o la nueva bici que te has comprado, o lo contento que estás porque has adelgazado un poco, te ha bajado el colesterol y te notas mejor. Siempre hay alguien que se interesará por lo que haces, siempre.

Pero sobre lo que hoy quiero hablar es sobre la comunión que existe en familias donde dos o más miembros salen deportistas.

Yo he tenido la gran suerte de pertenecer a una familia muy activa, quizás la única que no hace absolutamente nada es mi madre, a ella le gusta más estar en casa, con un buen libro, y super respetable es. Mi padre jugó al fútbol, y con un nivel notable cuando era joven, también hizo tenis, a ratos corría, y ahora es un entusiasta del golf. Este deporte, el golf, le ha regalado muchas cosas, además de grandes tardes de gloria y participaciones en torneos donde hizo un gran papel, le ha servido para encontrar y afianzar amistades como las que mantiene desde hace tiempo con dos familias, los "migueles" y los "merinos". Una bonita amistad con gente realmente increíble.

En casa he podido crecer sabiendo lo importante que era el deporte, desde pequeño siempre me animaban a meterme en el equipo del colegio, ya fuera fútbol o baloncesto (era igual de malo en los dos). Cuando empecé con el golf pude disfrutar de tardes maravillosas con mi padre, con mi hermano (al que gané una tarde en Huelva por cierto) y con amigos que también lo practican. Incluso pude jugar un torneo de golf haciendo pareja con mi padre, una gozada y un dia que no olvidaré jamás (terminamos séptimos). Y estoy convencido de que estos momentos, sin haber tenido el vínculo deportivo...no hubieran sabido igual. Con especial cariño recuerdo el partido de golf que jugaron mi padre y mi hermano en Orlando, en el Magnolia Golf Course, qué bonito día! Y eso que hasta media hora antes del partido diluviaba! Luego se quedó un sol espléndido.

Ahora mi padre está empezando a correr, poco a poco y en la cinta que tiene en casa, pero algo es algo y esto sin duda es un gran comienzo. Ojalá dentro de poco tenga la oportunidad de rodar con él unos kilometros, será un momento genial.

Mi hermano, ya os lo he comentado en alguna ocasión, está entrenando duro para ser profesionl de golf, está yendo a por todas y está haciendo las cosas realmente bien. Él no corre, va al gimnasio y está fuerte de narices, pero lo de correr no le mola tanto.

Sin embargo compartimos una pasión, los dos estamos persiguiendo algo, una meta, un sueño. Él ser profesional de golf, y yo irme haciendo un hueco en esto del running. Él va completando torneos cada vez mejor, y yo voy haciendo los kilómetros cada vez en menos tiempos. Él cada día tiene el swing más fuerte y yo cada día afino un poco más mi zancada. Hay un bonito fondo deportivo que nos une, ambos sabemos que en esto nadie regala nada, todo cuesta muchísimo y hay que saber encajar los tortazos que te llevas y los momentos donde no ves que la cosa avance.

(mi hermano y yo uno de los días más felices de mi vida, el de mi boda)

Me noto muy cerca de mi hermano, ahora más que nunca. El hecho de que los dos estemos persiguiendo algo realmente grande hace que esa comunión entre hermanos sea una preciosidad. Los dos estamos inmersos en entrenamientos, pasándolas canutas, con días geniales y días donde crees que la cosa no marcha, grandes alegrías y momentos de bajón....compartimos muchas cosas. Hoy me ha dicho que ha terminado un torneo en Guadalajara con 2 golpes por debajo del campo, ha sido un alegrón enorme y un aliciente más para que siga entrenando, porque es evidente que le están saliendo las cosas bien, porque también se lo está currando.

El día que estuve con Chema Martínez y sus hermanos me acordé mucho del mío. Dió la casualidad que aquel dia Chema estaba haciendo una tirada larga y sus dos hermanos se turnaban en series de 500. Eso es una maravilla, tres hermanos unidos por un mismo deporte y tirando los unos de los otros. La semana pasada en la maratón de Sevilla, Javier hacía de liebre, David animaba desde la bici (se dió una señora tunda en bici aquel dia) y Chema corriendo como un campeón para terminar en 2 horas y 17 minutos. Ahí estaba la familia, encima del asfalto y dándolo todo. El dia que les ví en la Blume me acordé mucho de mi hermano por eso, porque aunque no compartamos el mismo deporte, aunque no pueda hacerle de liebre en un campo de golf, hay algo que nos une ahora más que nunca, y ese algo es el estar inmerso en un proyecto deportivo que nos apasiona, nos da vida y que, en su caso, puede significar un futuro profesional brillante.
Me vi reflejado ese dia en los 3 hermanos Martínez, todos luchando y remando en una única dirección.

De alguna manera, mi hermano y yo compartimos barca, y en un sentido ambos remamos en la misma dirección y con un mismo objetivo. Se que cuando esté en Laredo él me tendrá en mente, como le tengo yo cada vez que pisa un campo de golf para participar en un torneo. Es un tio estupendo, y va a llegar muy lejos.

En la familia hay que inculcar el deporte, los que tengáis hijos podéis disfrutar de una tarde de sábado con bicicletas, ahora hay muchos anillos ciclistas y parques donde pueden pedalear sin problemas. El otro dia, entrenando, me crucé con una familia que me hizo sonreir. Ella iba corriendo, su marido en bici y detrás dos niños con sus bicis con ruedines...ole, ole y ole. Cuando Iker tenga edad para montar en bici es lo que pienso hacer, ponerme las zapatillas y que disfrute de una tarde de deporte con sus padres, me imagino corriendo y con mi mujer y mi hijo detrás dando pedales y me emociono, va a ser maravilloso. Ojalá tenga la inmensa suerte de que mi hijo vea deporte por todos lados, a su tio Alvaro jugando al golf, a su padre en carreras, a su abuelo en el golf y corriendo por su barrio, a sus abuelos Conchi y Juanjo por la montaña....ojalá sea posible, porque creo que es el camino que hay que seguir.

En mi caso es el plan que quiero trazar, pero vosotros seguro que ya tenéis hijos o puede que los estéis esperando, animaros y salir a hacer deporte con ellos, esos ratos no van a tener precio. Y si no, salir a andar con vuestras parejas o padres, daros una buena caminata. Si queréis empezar a hacer deporte, qué mejor manera que animaros los unos a los otros!!

Termino esta entrada de hoy rememorando ese día en la Blume con David, Javier y Chema. Que haya familias donde tres hermanos estén tan unidos y donde se respire ese amor y admiración que se tienen los unos a los otros es señal de que el mundo aún gira en el sentido correcto.


Que la vida me permita seguir haciéndole de liebre a mi familia y que ojalá pueda darles muchas alegrías a todos, sólo pido eso.

Besos y abrazos a tod@s!!

1 comentario:

Los dulces de mi vida dijo...

Emocionantes palabras Jose!!! No se puede expresar mejor.
Enhorabuena ;)